Hay quien piensa que el valor de un artista se mide en números: cuántos discos ha vendido, cuántos conciertos ha dado, cuántos trabajos ha publicado... Cifras y más cifras. Pues bien, con no más de 50 personas en la sala La Trinchera, la rondeña María Villalón demostró anoche que, al margen de números, ella sí es una artista. La joven salió al escenario dispuesta a dejarse la piel y la voz para ese medio centenar de personas que compraron su entrada. «Gracias por venir pese a los exámenes, la crisis, la cuesta de enero... Gracias por compartir este ratito de charla y música», declaró Villalón.
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